1. El único modo de hacer un gran trabajo es amar lo que haces.
Para que otros disfruten de tu trabajo, tú tienes que trabajar en aquello con lo que disfrutas. Es muy complicado tener un desempeño «diez» cuando no te sientes identificado con lo que haces, cuando sólo cubres el expediente para salir del paso. Ante todo sé honesto contigo mismo e identifica aquello con lo que más gozas. Pon tu empeño en ello: te lo pasarás bien, el resto se beneficiará de tu buen hacer, ganarás más, y sobre todo, serás más feliz. El fundador de Apple decía: «Tienen que encontrar eso que aman. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, cuando lo encuentren lo sabrán».
2. Tu tiempo es limitado, así que no malgastes tu vida viviendo la vida de otra persona. No dejes que los ruidos de las opiniones ajenas acallen tu voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición.
Es uno de los grandes males que aquejan a muchas personas: la necesidad de aprobación de los demás. El miedo a no gustar, a no caer bien, a ser señalado. No es fácil sacudirse los convencionalismos sociales y las presiones familiares, pero sí resulta vital si uno quiere ser feliz y construir la vida que desea. Steve Jobs lo tenía claro: «Cada día me miro en el espejo y me pregunto: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?”. Si la respuesta es “no” durante demasiados días seguidos, sé que necesito cambiar algo». Hay una forma de saber si tu vida está encauzada. Si a menudo repites «por fin es viernes» o «uff, mañana es lunes», hay algo que no encaja.
3. Estoy convencido de que la mitad de lo que separa a los emprendedores exitosos de los que no triunfan es la perseverancia.
Los ganadores nunca desisten; los que desisten nunca ganan. Cuando apuestas tu vida por algo, ese algo no se materializa de un día para otro. No se plantan las semillas hoy y se recoge el fruto mañana. Entre uno y otro momento, las sequías y las malas cosechas pueden darse, por lo que tendrás que demostrar fortaleza mental para cuando todo se ponga gris, y mantenerte firme en tu rumbo sin perder de vista el objetivo. Perseverar para alcanzar. Calvin Coolidge, presidente de Estados Unidos entre 1923 y 1929, decía: «Nada en este mundo puede sustituir a la persistencia. El talento no puede; nada es más común que los fracasados con talento. El genio no puede; los genios no reconocidos son moneda común. La educación no puede; el mundo está lleno de perdedores que recibieron la mejor educación. La persistencia y la determinación por sí solos son omnipotentes».
4. Mi principal tarea en Apple es asegurarme de que los cien trabajadores principales son excelentes. Contratar a gente que siente pasión por la excelencia. Todo lo demás saldrá por sí solo.
Eres tan bueno como la gente de la que te rodeas. Por eso, la selección es el punto de partida de las empresas que triunfan. Si se hace bien, todo lo demás es más fácil. Las cosas fluyen mejor y se generan sinergias sorprendentes. En materia de selección no deben descuidarse tiempo ni esfuerzos. Seleccionar mal tiene consecuencias muy negativas para las organizaciones, tanto en términos financieros como de imagen. También Jobs precisaba: «Cuando cuentas con gente muy buena, no necesitas estar
siempre encima de ellos. Si esperas que hagan grandes cosas, puedes conseguir que hagan grandes cosas. El equipo original del Mac me enseñó que a los jugadores de primera división les gusta trabajar juntos, y que no les gusta que toleres un trabajo de segunda».
5. Cuando te dedicas intensamente a algo durante un tiempo, tienes que dejar otras vidas que podrías estar viviendo.
No se pueden tocar todas las teclas del piano al mismo tiempo. Las personas de alto rendimiento lo saben y no se dispersan. No se fijan en lo que pierden al descartar una alternativa, sino en lo que ganan con la opción elegida. Esto exige mucha madurez y carácter para no perder el foco —o, en inglés, FOCUS (Following One Course of action Until Successful)—, porque existen demasiadas tentaciones para que así ocurra. La excelencia exige foco. Es una cuestión de sentido común. Si trabajas diez horas al día y la energía de esas diez horas está al servicio de un proyecto grande (tu proyecto), no es lo mismo que si la distribuyes en cinco horas, tres horas y dos horas tocando diferentes palos. Quien se dedica a tiempo completo a algo les gana al resto, porque ha dado más pedaladas. Es una cuestión de sumar horas.
6. La creatividad simplemente consiste en conectar cosas.
Hay una idea equivocada de la creatividad como algo innato; un privilegio de unos pocos dotados con ese don por la diosa naturaleza. Nada más lejos de la realidad. La creatividad es simplemente el resultado de la asociación de ideas que el cerebro produce con los datos y la información que tiene. Por tanto, nuestra creatividad será mejor y mayor cuantos más inputs le suministremos, ya que las posibles combinaciones serán mayores, y cuanto más variados sean estos inputs, ya que las combinaciones serán más originales. Es decir, la capacidad de creación está asociada a la unión de informaciones distintas, a la habilidad para relacionar conceptos, al roce de disciplinas diferentes y a la frescura para ensamblar cosas que den como resultado una novedad práctica. La curiosidad y la diversidad son la materia prima de la que se nutre la creatividad. (Te recomiendo que leas el libro El efecto Medici, de Frans Johansson.)
7. Si tú lo deseas, puedes volar, sólo tienes que confiar mucho en ti.
Toda creación nace de la mente. Todo lo que existe en el mundo «físico» (material) se creó previamente en el mundo «no físico» (inmaterial), en la mente de alguna persona que lo concibió. Por tanto, no existe nada que no esté al alcance del hombre. El universo es un campo de infinitas posibilidades. Todo lo que se ha creado (avión, móvil, internet, radio, televisión, etcétera) es porque alguien lo deseó intensamente y se puso a trabajar infatigablemente hasta verlo hecho realidad. Por tanto, todo lo que todavía no existe hoy día es porque, o bien no se ha deseado suficientemente, o bien todavía no se ha trabajado intensamente hasta verlo hecho realidad. No hay límites a la creación. Es una cuestión de desearlo, creer que es posible y no desistir hasta conseguirlo.
8. Hay mucho trabajo entre una buena idea y un buen producto.
Una idea es simplemente eso, una idea, un acto de la imaginación. Un producto es la materialización tangible de esa idea. Un buen producto es lo que cautiva a los clientes y lo que te hace triunfar de verdad. Y entre el nacimiento de una idea y el éxito de un producto, hay un trabajo insufrible, aunque a la vista de muchos no sea tal. Tener buenas ideas es sólo el principio de un largo proceso. Hay mucha gente que tiene buenas ideas, pero que no tiene el compromiso, la disciplina y la paciencia para convertirlas en buenos productos, y mucho menos en productos exitosos.
9. Todo tiene una explicación de lo que hoy eres, y tú eres el causante. Si miras hacia atrás, encontrarás cómo esos hilos se van hilvanando.
Hay un momento de la vida que cambia para mal: cuando te resignas; cuando piensas que tu vida no depende de ti y te abandonas; cuando piensas que hagas lo que hagas, los resultados no obedecen a tu trabajo sino a causas externas. Justo todo lo contrario que ocurre con la gente de alto rendimiento, que han decidido asumir la responsabilidad de su vida, así como de las consecuencias de sus decisiones y acciones. Estamos creando nuestro futuro a cada momento con lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, y las cuatro variables están interconectadas.
10. No puedes conectar los puntos hacia delante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro.
Nadie nos puede anticipar las consecuencias de nuestras acciones. No es posible traer el futuro al momento presente. Por ello hay que actuar y tener fe. A la hora de tomar determinadas decisiones en las que uno se ve algo «perdido» y no sabe qué hacer, es bueno aprender a escucharse y descifrar las señales que nos indican qué camino tomar. Así lo explicaba Jobs: «Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida». Las personas de éxito suelen ser, por lo general, personas intuitivas. Escuchan su «voz interior» y le hacen caso. Saben que deben seguir por un camino, aunque no sepan muy bien por qué. Tienen ese pálpito, y aunque las cosas no estén funcionando como les gustaría, no se desesperan y siguen confiando en esa «voz interior» que les señala por dónde avanzar.